Decenas de helicópteros aterrizan en los campos abiertos de Hawaii, con la misión de recoger a todas las personas del lugar. De erupcionar el volcán, nadie sobreviviría al terrible calor de la lava. El cielo era negro, el humo que emanaba el volcán penetraba por la fosas nasales y provocaba estornudos y tos. Todos estaban desesperados por ingresar a algun helicóptero. Lucas, un joven de cabellos castaños y con 20 años de edad, buscaba preocupado a su hermana menor, Clara, que se había perdido entre la gente. "Rápido, rápido, ¡el volcán va a estallar!" gritaba el policia encargado de ayudar a subir al aparato. "¡¡¡Clara!!!", llamaba Lucas.
El suelo vibra de manera brusca y las personas gritan asustadas. El volcán estaba a punto de estallar. "¡¡¡Clara!!!, aparece por favor!!!!" Lucas gritaba otra vez.
Los helicópteros estaban listos para despegar, pero Lucas no quería subir. "¡¡¡No seas tonto, sube!!!", "¡Morirás!", le decían. "Tu hermana debe estar dentro de algún helicóptero", le digo muy confiadamente una señora de aproximadamente 60 años.
Lucas subió al helicóptero y despegó en el acto. El aire era denso y polvoriento, todos estaban enmascarados con alguna tela para respirar mejor. Desde el cielo, Lucas podía observar el humo negro salir de la boca del Manua Loa. "Hermanita, confio en que estás en otro helicóptero" decía Lucas, para sus adentros.
Una misteriosa sensación se apodera de todo el mundo. El volcán estalla estruendosamente, derramando abundante lava por muchos kilometros a la redonda. Una luz brillante y blanca alumbra todo el panorama; enceguece a todos los espectadores, menos a Lucas...
El suelo vibra de manera brusca y las personas gritan asustadas. El volcán estaba a punto de estallar. "¡¡¡Clara!!!, aparece por favor!!!!" Lucas gritaba otra vez.
Los helicópteros estaban listos para despegar, pero Lucas no quería subir. "¡¡¡No seas tonto, sube!!!", "¡Morirás!", le decían. "Tu hermana debe estar dentro de algún helicóptero", le digo muy confiadamente una señora de aproximadamente 60 años.
Lucas subió al helicóptero y despegó en el acto. El aire era denso y polvoriento, todos estaban enmascarados con alguna tela para respirar mejor. Desde el cielo, Lucas podía observar el humo negro salir de la boca del Manua Loa. "Hermanita, confio en que estás en otro helicóptero" decía Lucas, para sus adentros.
Una misteriosa sensación se apodera de todo el mundo. El volcán estalla estruendosamente, derramando abundante lava por muchos kilometros a la redonda. Una luz brillante y blanca alumbra todo el panorama; enceguece a todos los espectadores, menos a Lucas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario