viernes, 1 de junio de 2007

7- La refinería de petróleo.

"Para ser más fuertes, necesitamos encontrar a los dos elementos restantes" dice Lucía. Lucas y ella caminaron por un largo y desértico sendero que los llevaría a un lugar que ellos no tenían idea. El sol quemaba impetuosamente, se veían los aires gelatinosos en el horizonte. "¡Lucas, haz algo!" le reclama Lucía. "¿Eres la chica del fuego y tienes calor?" pregunta Lucas. Ambos continúan con la caminata y a lo lejos observan las orillas de un cristalino rio. Pese a que Lucas es de agua, siente sed, pese a que Lucía es de fuego, siente calor; sus lados humanos prevalecen. "¡Deliciosamente refrescante!" exclama Lucas. "Qué ironía, soy de fuego y estoy quemandome" dice Lucía, burlonamente.
Lucas se sumerge en el cauce del rio y cuando de pone de pie, el agua seguía corriendo por su piel; de sus dedos brotaban chorros de agua. Lucía hace lo mismo, nada alegremente y cuando Lucas le lanza un gran chorro, ésta reacciona intentando usar sus poderes, pero es inútil, esta completamente mojada.
El agua comenzó a teñirse de negro; un olor nauseabundo se apodera del ambiente. Lucas y Lucía se alertan y salen presurosos del agua. "Qué asco", dice Lucía, con un gesto de repudio, "La contaminación ya nos tocó", dice Lucas. Ambos deciden averiguar la razón de semejante olor y caminan por las orillas del rio, en dirección contraria a ésta. Divisan una refinería de petroleo que emanaba desechos toxicos en el rio. "¡es inadmisible!" grita Lucía. "Estabamos tragando el desagüe de esta repugnante fábrica" dice Lucas.
Cuando querían saltar el rio para poder reclamar el hecho a los trabajadores de la fábrica, un joven les lanza una roca de manera inexplicable. "Alejense, esta zona es peligrosa", grita el joven. "¿cómo te llamas?, le pregunta Lucía, "Terry", le responde. Aquel joven musculoso trabajaba en la mencionada fábrica, pero pese a defenderla con convicción, sentía el mismo repudio que Lucas y Lucía. "Dejen de lanzar desperdicios tóxicos en el agua" grita Lucía. "No puedes pedirnos eso, no podemos paralizar nuestro trabajo" le contesta Terry. "¿por qué?" pregunta Lucas, "porque estamos bajo amenaza", contesta otro trabajador.
La tensión se apodera del ambiente y un grupo de vigilantes del lugar, llegan armados preguntando: "¿qué sucede aquí?". Lucía y Lucas contestan furiosamente: "¡Estan acabando con la vida!", a lo que los vigilantes respondieron: "¡Váyanse de este lugar, a ustedes no les importa lo que nosotros hacemos, larguense ya!". "No lo haremos, eliminaremos ese desagüe", contesta Lucía. "Les advertimos que se alejen de este lugar, si no obedecen, no somos responsables de las represalias que tomemos" contestan. "Háganlo" contesta Lucía, rebeldemente. En eso los vigilantes iniciaron una balacera que alarmó a todos los trabajadores, quienes corrían despavoridos. Terry estaba asustado, pero no escapó. Lucas y Lucía se escondieron tras unos arbustos, pero una bala alcanzó el pie de Lucía. "¡¡¡Dios, Dios, me dieron!!!", gritaba ella. "No temas, Lucy, tenemos que usar nuestros poderes para poder defendernos, es por una buena causa" dice Lucas, "no sé usar mis poderes", le responde Lucía. "Intentémoslo" le pide Lucas. Los vigilantes cesaron la balacera y se acercaban al escondite de los dos jovenes. Lucas se pone de pie y concentrando sus energias en sus brazos, lanza un poderoso chorro de agua a los cinco vigilantes, quienes, totalmente empapados, caen al rio. "¡Qué poderes!" exclama Lucas, muy sorprendido. Los vigilantes regresan con todo, disparando enfurecidos. "Ahora es mi turno", dice Lucía. Ella se levanta y se concentra para formar una capa de fuego que la cubre y evita que las balas la lastimen. "No seré tan benevolente como el agua" dice Lucía, con actitud altanera. Una potente rafaga de fuego escapa de las manos de Lucía, quemando los fusiles y auyentando a los cobardes vigilantes. "Siiííííí" grita Lucía. "Bien hecho", le dice Terry a ella. "¿No te sorprende?" le pregunta Lucía. "Para nada", le contesta Terry. "Desde niño he trabajado en el campo y he notado que puedo dominar grandes cantidades de masa. Además de haber desarrollado mi musculatura, me ayuda a terminar con los cargamentos en menos tiempo que el común de la gente". "a qué te refieres con eso, Terry", le pregunta Lucas. "Muy sencillo, amigos, yo puedo dominar la tierra", confiesa Terry. "Entonces eres el elemento tierra", le dice Lucía, cogiendolo del hombro. "Supongo que tienen razón..."dice Terry, humildemente.
"¡Destruyemos esa refineria!" grita Lucía. "Hagámoslo" dice Lucas. La refinería se mostraba imponente frente a los tres pequeños cuerpos de Lucía, Lucas y Terry. La neblina del ambiente dificultaba la visión. Un inocente pajarito aterriza en una de las riveras del rio y procede a tomar un sorbo de agua y cae sin vida. Lucía reacciona bruscamente ante resgarrador acontecimiento y una flama anaranjada, amarilla y roja salen conbinadas de sus cabellos. Esta furiosa. "¡Maldita refineria!" grita Lucía, arrojando un terrible torrente de fuego dentro de las tuberias de desagüe de la fábrica. Una fuerte explosión viaja a través de dicho conducto, acabando con todas las instalaciones del lugar, sin dejar rastro.
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